En los últimos años ha crecido el interés de consumidores, gobiernos y empresas por las prácticas sostenibles y responsables con el medio ambiente. Un aspecto clave de la sostenibilidad es el análisis del ciclo de vida (ACV) de los productos, que evalúa el impacto ambiental de un producto a lo largo de todo su ciclo de vida. En este artículo analizaremos por qué realizar un ACV es beneficioso para las empresas, el medio ambiente y la sociedad en su conjunto.
Un análisis del ciclo de vida es una herramienta utilizada para evaluar el impacto ambiental de un producto a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la extracción de la materia prima hasta su eliminación. Este análisis tiene en cuenta todas las etapas de la vida de un producto, incluidas la producción, la distribución, el uso y la eliminación. El objetivo de un ACV es identificar oportunidades para reducir el impacto ambiental de un producto y mejorar su sostenibilidad general.
El alcance de un ACV se refiere a los límites del análisis y a las etapas del ciclo de vida del producto que se incluyen. El ACV "de la cuna a la tumba" tiene el alcance más amplio, mientras que el ACV "de la puerta a la puerta" tiene un alcance más limitado.
El nivel de detalle de un ACV se refiere a la cantidad de información y datos que se recogen y analizan. El ACV de la cuna a la tumba requiere la mayor cantidad de datos y es el más detallado, mientras que el ACV de puerta a puerta es menos detallado.
Pueden utilizarse distintos tipos de ACV para comparar el impacto ambiental de distintos productos o fases de producción. El ACV de la cuna a la tumba proporciona la comparación más exhaustiva, mientras que el ACV de la puerta a la puerta ofrece una comparación más específica.
Dentro de un momento hablaremos de diferentes conceptos del ciclo de vida del producto, pero en general, el ciclo de vida del producto consta de cinco fases:
Las 5 etapas del ciclo de vida de un producto (de la cuna a la tumba)
En función de las etapas que le interesen o de los datos de que disponga, puede optar por incluir o eliminar fases. Normalmente hay 4 modelos de ciclo de vida del producto que puede elegir para su ACV.
Un ACV de la cuna a la tumba evalúa el impacto ambiental de un producto desde la extracción de las materias primas hasta el final de su vida útil y su eliminación. Este tipo de ACV es el más exhaustivo y ofrece una imagen completa del impacto ambiental de un producto a lo largo de su ciclo de vida.
Un ACV "de la cuna a la puerta" evalúa el impacto ambiental de un producto desde la extracción de las materias primas hasta el momento en que el producto sale de la fábrica. Este tipo de ACV es útil para comparar el impacto ambiental de diferentes productos en el punto de producción.
Un ACV puerta a puerta evalúa el impacto ambiental de un producto desde el punto en que entra por la puerta de la fábrica hasta el punto en que sale. Este tipo de ACV es útil para evaluar el impacto ambiental de una etapa concreta de la producción, como la fabricación.
Un ACV de categoría de producto evalúa el impacto ambiental de un grupo de productos que tienen funciones similares, como todos los tipos de materiales de envasado. Este tipo de ACV es útil para identificar oportunidades de mejora de la sostenibilidad de toda una categoría de productos.
Existen otros tres conceptos de ACV que se utilizan para requisitos especiales.
El enfoque "del pozo a la rueda " se utiliza para la evaluación del ciclo de vida de los combustibles y vehículos de transporte. Como hay muchas etapas intermedias (del pozo al depósito y del depósito a la rueda), este enfoque es más preciso a la hora de calcular y asignar las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía a las distintas etapas.
La EIOLCA agrega datos industriales con el objetivo de crear datos de impacto para sectores específicos dentro de la economía. Estos promedios se utilizan a veces cuando no se dispone de datos exactos. No proporcionan una imagen exacta del impacto, pero ayudan a llenar espacios en blanco. Sin embargo, un EIOLCA no es lo suficientemente preciso como para tomar decisiones a nivel de producto.
La Evaluación de Impacto Ambiental es un análisis que suele realizarse en el sector público para estudiar el impacto potencial de un nuevo proyecto de construcción.
Tal vez se pregunte cómo beneficia a mi empresa la implantación de una ECV.
Para empezar, permite a las empresas tener un control más estricto de su cadena de producción, lo que se traduce en 4 grandes ventajas:
Un ACV permite a las empresas identificar las fases del ciclo de vida de un producto que tienen un mayor impacto ambiental. Este conocimiento puede ayudar a las empresas a priorizar las iniciativas de sostenibilidad y tomar decisiones informadas sobre el diseño de productos, la selección de materiales y los procesos de fabricación.
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Un ACV también puede ayudar a las empresas a identificar oportunidades de ahorro de costes, como reducir el uso de energía y recursos, mejorar la eficiencia de la cadena de suministro y minimizar los residuos. La aplicación del ACV permite a las empresas reducir los costes de producción al tiempo que mejoran su impacto medioambiental.
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Dcycle le permite ser transparente con sus clientes compartiendo el impacto de sus productos al darle la distribución del impacto por material, área de impacto y proveedor; permitiéndole identificar los materiales con mayor impacto y dándole los datos para diseñar productos de menor impacto en el futuro.